miércoles, 4 de febrero de 2009

Destino Hampi

Estoy hasta el gorro de Chennay, es una pedazo de mierda de ciudad, asi que nos vamos.
Anoche pillamos un tren destino Bangalore, parece que estoy destinado a volver a esta ciudad una y otra vez. Y desde aqui pillamos otro hacia Hampi, un lugar tranquilito y no muy petado donde relajarnos antes de partir hacia Goa y a sus idilicas playas.

Despues de ver Chennay, la antigua Madras, Bangalore me parece un oasis en un desierto de caos infernal. Cansa un poco lo de tener que pelearse por todo a todas horas, los rickcsaw, que en Thailandia se llaman Tuc Tuc, los hoteles...

El tren en el que hemos viajado esta noche era muy bestia, unos 20 vagones, que nos hemos tenido que recorrer de cabo a rabo unas 3 veces para encontrar a alguien a quien pagarle la tasa para subir de clase. Para que os hagais a la idea, una amiga se ha metido en uno de los vagones para ver como estaba y se le ha cruzado una rata entre los pies, pues ese era un vagon de clase superior a la nuestra... Candela...

He calculado, a ojo, claro, que habria unos 13 millones de Indios en el tren, cien para arriba cien para abajo.

El caso es que no hemos podido subir de clase y nos hemos vuelto a nuestras literas enanas llenas de mugre con ratas y cucarachas recorriendonos el cuerpo, no, no exagero, aunque yo a las cucarachas no las he visto. Ademas hemos tenido que pasar por los mil vagones esquivando oleadas de gente y de pies que colgaban a la altura de nuestras caras mientras dormian. No quiero ni hablar de los servicios por si hay alguien sensible leyendo, pero vamos que un cerdo los ve y vomitaria durante horas. Una maravilla vamos.

Pero India tiene su encanto, lo juro...


ale