viernes, 19 de mayo de 2006

Sueños, planes, profetas y tapas...

Pienso que cuando eres libre de verdad, tus sueños no los ves como tales. Dejan de ser ilusiones que no tienes esperanzas de que se realicen, o al menos no todas.
Cuando eres libre, el pensar en tus sueños te convierte en vidente. Ya no son utopías, son videncias de tu futuro.
La libertad te confiere ciertos poderes de preveer lo que con cierta seguridad te va a suceder y te permite verte a tí mismo en distintas situaciones fruto de tus deseos.
Para llegar a este estado de adivinación, para convertirse en profetizador del destino de uno mismo, lo único que hace falta es poner empeño en que lo que se desea se cumpla.
Si se deja que el tiempo desgaste los sueños, estos no dejan de ser eso, sueños, ilusiones de una vida que nunca va a llegar porque no se hace nada al respecto. Esto nos pasa a todos en mayor o menor medida, pero lo único que sé de seguro es que si sueñas algo es porque se puede realizar.
Yo ya no sueño con volar como un superhéroe, pero, sin embargo, me imagino volando en una avioneta o saltando al vacío con un paracaídas. Ya no me imagino en una nave espacial viajando a planetas remotos comiendo frutas galácicas y observando a seres extraños, pero me inagino en barcos, trenes, autobuses o camiones viajando a países exóticos, comiendo comidas inimaginables o admirando animales que siempre he querido ver...
No me veo rodeado de top models en un ferrari comiendo caviar de beluga, prefiero verme con una chica a la que quiera y respete, con la que me guste hablar y me enseñe cosas comiendo unas tapas en algún bareto, o dándonos una vuelta en bici.
Se puede decir eso de que "la realidad supera la ficción".
Aunque las cosas no vienen por sí solas, nada está fuera de nuestro alcance.

¡Buenas tardes!